RSS
Búsqueda personalizada

CORAZONES DISPUESTOS

viernes, 23 de marzo de 2012



Juan 6:65

Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre.


Recuerdo bien aquella horrible sensación de estar sentado en el banquillo mirando jugar basquetbol a mis compañeros esperando a ser llamado y participar en el juego, realmente deseaba escuchar al coach gritar mi nombre sin embargo mis oídos solo escuchaban… ¡Jordan! A jugar, ¡kobe! Vas tú, ¡claro! los recomendados; tristemente y con mucha frustración escuchaba el sonido del silbato indicando el final del juego. 

Muchas veces en diferentes circunstancias las personas tenemos que enfrentarnos a esa incertidumbre de esperar a ser llamados, seleccionados o elegidos; cuando algún joven después de regalar rosas y escribir versos espera verse favorecido por la linda damita con el “sí, acepto ser tu novia” sin embargo ella decide que aquel que trae el Ferrari rojo último modelo es mejor opción, o las chicas esperando que fulanito se anime a hablarles y fulanito se acerca y le dice: preséntame a tu prima o peor aún a tu hermana; todos anhelamos un día ser el mejor amigo, el mas listo, el brazo derecho; pasan los años y nos esforzamos para ser llamados a formar parte de los grandes proyectos de la empresa, con empeño buscamos que un día los jefes digan “tú” eres promovido, muchas mujeres se decepcionan al ver que la chica linda de falda corta recién contratada es la que asciende a mejores puestos, crece el ansia por recibir ese aumento de salario por nuestro buen desempeño y descubrimos que el adulador que carga el portafolios del jefe gana mas que nosotros.

Todo esto se inyecta en el corazón de la gente, capas de envidia, celos, frustración, enojo, ansiedad y desapego, incluso experimentamos un sentimiento de rechazo; cuando cargamos el corazón de estas cosas este se vuelve indispuesto, es decir el corazón no se encuentra preparado o en orden para lograr un fin.


Vamos a recordar un poco de la historia de David, la palabra de Dios nos dice en:



1ra. de Samuel 16:10-12

E hizo pasar Isaí siete hijos suyos delante de Samuel; pero Samuel dijo a Isaí: Jehová no ha elegido a éstos.
Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí.Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, porque éste es.


¡Al menor!, al pequeño pastorcillo que ni aún para su padre parecía buen candidato para grandes cosas, pero Dios pesa los corazones y no nos mira como nos ven los demás, dijo Jesús:



Juan 15:16-17

No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
Esto os mando: Que os améis unos a otros.


Y David el joven pastor, venció al gigante, ganó batallas y se hizo Rey; es por eso que en todo momento debemos alinear nuestros corazones a la voluntad de Dios. El propósito de Dios en nuestra vida, el maravilloso propósito de Dios, así es, somos elegidos para un propósito pero es necesario estar preparados.

Mire usted,  la Biblia es muy clara cuando nos enseña que nosotros formamos parte de los planes de Dios, su proyecto o empresa es la salvación de todos y todos tenemos un puesto en esta empresa.

Ahora observemos el comienzo de este privilegio, por que es un privilegio, así que Usted y Yo debemos saltar de júbilo y gozo al reconocer esto ¡Aleluya! Bueno eres Dios.


Dice la palabra del Señor:



Marcos 1:15

Diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.


¿Qué es el evangelio? – La buena noticia de que Dios cumpliría su promesa dada a Abraham, Isaac y Jacob donde redimiría a su descendencia del pecado, el poderoso plan de salvación mediante la muerte y resurrección de Jesucristo; el nuevo pacto de Amor, porque de su gran Amor tomamos todos para victoria y gloria de Cristo.


Es pues esta dádiva de Dios presente y cierta para todos nosotros, porque es solo por su voluntad, por su Amor infinito y eterna misericordia que hoy el reino se ha acercado. Si nos detenemos unos minutos y meditamos en la grandeza de esta promesa, apreciando suavemente el regalo de Jesús, sabedores de nuestra maldad, si profundizamos y aceptamos esta verdad “el grande Amor de Dios se ha volcado sobre nosotros”, nosotros ciertamente no merecemos este privilegio pero en Cristo Jesús tenemos la gracia de poder doblar rodilla y rendir el corazón a la grandeza de Dios para alcanzar las bendiciones prometidas y transformarnos en cartas de presentación, con un testimonio de vida que refleje el Amor de Cristo.


El temor suele hacer acto de aparición cuando reconocemos que nuestras malas obras, nuestros pensamientos y acciones nos hacen sentir que no merecemos la gracia de Dios y esto es cierto, sin embargo mire usted amado lector, prepárese para recibir de Dios en sobreabundancia, rinda en humildad su corazón seamos dependientes de la voluntad de Dios, en Jesucristo tenemos la mejor elección de nuestras vida bendecidos en paz y confianza, revestidos de Fe, Amor y Esperanza.  No estamos ya mas solos, reconociendo a Dios en todos nuestros caminos, haciendo cada cosa como para Dios sabiendo que tenemos respaldo.



Filipenses 1:6, 2:13

Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo; Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.


Ser transformados para buenas obras, cambiar nuestro corazón endurecido es también una promesa de Dios para nosotros, seamos valientes dignos y esforzados en la confianza plena de que aquel que nos ha elegido y con Amor nos concede privilegio terminará la buena obra que comenzó en nosotros para poder ser llamados dignos hijos de Dios.