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El Faro de la Vida

jueves, 19 de septiembre de 2013

Uno de los miedos más antiguos del mundo es el miedo a la oscuridad. Dejados a nosotros mismos estamos a merced de nuestras pasiones y temores.

Otra vez Jesús les habló, diciendo:Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Juan 8:12


Cuando Jesús amanece en la vida, viene la luz. El es la única Persona que puede salvar la vida de convertirse en un caos.

La luz que trae Jesús es una luz reveladora. Nunca nos vemos hasta que nos vemos a través de los ojos de Jesús. Nunca vemos cómo son nuestras vidas hasta que las vemos a la luz de Jesús. Jesús a menudo nos conduce a Dios revelándonos a nosotros mismos.

La luz que trae Jesús es una luz que guía. Cuando Jesús viene a una vida, se acaba el tiempo del suponer y del andar a tientas, es el fin del tiempo de la duda y de la inseguridad y de la vacilación. La senda que parecía oscura se vuelve luminosa; la decisión que estaba envuelta en una noche de incertidumbre se ilumina. 

Sin Jesús somos como los que van a tientas por una carretera desconocida en un apagón. Con Él, el camino es claro y nosotros cual crepúsculo matutino anunciamos el resplandor de Cristo que cada día amanece y nos alumbra mas fuerte que el sol.

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